Las propuestas más repetidas para las viviendas se centraron tanto en el fomento de medidas que permitan, a los colectivos más débiles económicamente, acceder a una vivienda digna, como a la conservación de las tipologías propias del centro histórico de La Rambla.
La principal demanda, compartida por la mayoría de las participantes, fue la necesidad de construir viviendas pensadas para la juventud, con un sistema de pago asequible -VPO, régimen de alquiler con opción de compra, etc.-
También se planteó la necesidad de viviendas para las personas mayores. Además, se manifestó la importancia de estudiar planes de ayuda que favorezcan la adaptación, mediante la eliminación de barreras arquitectónicas de las viviendas actualmente habitadas por personas de avanzada edad o con movilidad reducida.
La conservación de la tipología tradicional en el conjunto histórico fue otra de las demandas más votadas. Para ello, se pidió que se estudiasen medidas concretas, desde el planeamiento o la administración, que favorecieran su rehabilitación.
La localización de aparcamientos en el perímetro del centro histórico, no solo permitiría suplir la falta de aparcamiento de estas viviendas, sino que además, evitaría la circulación de vehículos por sus calles, favoreciendo con ello la relación de las personas en la vía pública.
Por otro lado, se estimó necesario evitar los modelos de vivienda plurifamiliar en este entorno y controlar las alturas de las nuevas edificaciones.
En las nuevas áreas de crecimiento, se sugirieron soluciones que favorecieran la relación entre vecinos, donde se fomente la diversidad de usos y las personas se encuentren cómodas y seguras. Se nombró como ejemplo el entorno de los Trinitarios. Por otro lado, se planteó la necesidad de mejorar los espacios comunitarios en los nuevos edificios plurifamiliares, mediante la instalación de ascensores o la creación de zonas comunes para guardar carritos y bicicletas. En la periferia, también se plantearon nuevas tipologías como la vivienda unifamiliar aislada con jardín. En todos los casos, se consideró necesaria la localización de las nuevas viviendas próximas a los servicios comunitarios y con buena conexión con el transporte público.
Se hizo especial hincapié en la necesidad de garantizar la accesibilidad a las viviendas de los nuevos bloques plurifamiliares, mediante la instalación de ascensores. Además, se consideró conveniente la posibilidad de adecuar los bajos existentes en el conjunto histórico como viviendas adaptadas, pensadas especialmente para la tercera edad.
Tras la recopilación de las reflexiones en esta experiencia de participación, podemos concluir que la mayoría de las propuestas de las mujeres de La Rambla se centraron en la consecución de una ciudad mejor para todos, especialmente para menores, juventud y mayores.
Confiamos en que, tras la celebración de esta jornada, las mujeres de La Rambla se animen a continuar reflexionando y realizando aportaciones que mejoren la calidad de vida en su municipio.
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